La arquitectura bioclimática. Impactos ambientales.
El clima es una condición difícilmente predecible. Así nos hemos encontrado de golpe con unas subidas de las temperaturas en nuestro país frente a las que el cuerpo humano necesita habituarse. La arquitectura tampoco se libra de sus consecuencias, pero sí hay algunos códigos que permiten combatirlas.Nos referimos a la arquitectura bioclimática, consistente en un diseño basado en las condiciones climáticas y en el aprovechamiento de sus recursos para disminuir su impacto, reduciendo así el consumo energético. Adaptar la arquitectura al clima del lugar, tal como haríamos nosotros.
¿Qué recursos arquitectónicos permiten soportar mejor el calor?
La estrategia principal pasaría por una política urbanística que contemple distintos factores como la orientación idónea, las direcciones de los vientos, el diseño urbano, etc.
Crear circunstancias de microclima fresco:
- diseñar plantas diáfanas para favorecer las corrientes de aire.- estancias de techos altos para que el aire caliente ascendente no afecte a las personas y para favorecer la circulación de aire.
- disponer en sótanos y semisótanos estancias habitables.
- proyectar umbráculos, espacios sombreados entre el exterior y el interior del edificio, como porches, pérgolas, etc. para crear espacios intermedios que incluso pueden ser habitables en determinados momentos del día.
- proyectar uno o más patios interiores con vegetación y fuentes para crear microclimas frescos y a la sombra (la mayor parte de las habitaciones pueden agruparse alrededor de los patios y disfrutar de las corrientes de aire fresco que generan).
- diseñar una cubierta de hierba asociada a un sistema de riego por pulverización lo que producirá una refrigeración por evaporación en la zona que más se calienta en verano: la cubierta.
- hacer un diseño urbano con calles estrechas: los cascos antiguos de las ciudades son un ejemplo de cómo crear microclimas con sombra y temperaturas estables. Además, los cruces de calles facilitan la ventilación sin que las brisas alcancen velocidad excesiva.
Para una buena adaptación a la temperatura, es indispensable cumplir las siguientes indicaciones: aislar térmicamente bien el tejado y las fachadas hacia poniente, utilizar buenos marcos de ventanas con vidrios dobles y rotura de puente térmico, tener conectadas las zonas habitables para permitir la ventilación cruzada (podemos ayudarnos de estancias como pasillos o patios, o de zonas sombreadas), o persianas en las ventanas, correctamente designadas para cada orientación.
Respecto a las ventanas, sería conveniente intentar evitar la orientación a poniente o, si hubiese, reducir su tamaño al máximo y protegerlas si fuese posible, por ejemplo, mediante contraventanas. En orientaciones sur, conviene proteger la fachada y los huecos mediante estructuras de sombra que eviten el sobrecalentamiento. Si la protección es vegetal deberá ser de hoja caduca (una parra, por ejemplo) para permitir el acceso solar durante el invierno y proteger la entrada principal de la vivienda mediante entrada doble (zaguán).
Es fundamental que se vayan aplicando de manera progresiva los principios de la arquitectura bioclimática con urgencia en los nuevos planes urbanísticos.
¿Cuál es la orientación idónea?
Siendo categóricos, no hay una orientación ideal, pero sí una realidad: la fachada orientada al Sur recibe menos calor en verano que en invierno. Nuestro territorio no puede ser gestionado de espaldas a esta realidad, pero claro, es más fácil omitir esta realidad y diseñar los edificios y elementos de confort climático de manera "seriada" que de manera seria. En nuestra cultura olvidamos con demasiada frecuencia armonizar el edificio con el lugar.
La vivienda es un cobijo que ha de soportar las condiciones medioambientales sin deteriorarse por lo que debe diseñarse en armonía con el lugar donde se ubica, pues de lo contrario se verá aquejado por diferentes patologías.
Además, dentro de esa orientación, influyen también otros factores que deben tenerse en cuenta como son la altitud sobre el nivel del mar, las precipitaciones, riesgo de heladas, su ubicación según sea zona rural o urbana, presencia de edificaciones vecinas que le den sombra, etc.
La orientación óptima para una casa en términos globales del año, es la Sur, la Este, y la combinación de ambas (la luz de la mañana y la de mediodía). Sin embargo, no es el único factor a tener en cuenta. Tanto o más importante es la protección de las fachadas. En aquéllas que dan al Sur la protección ha de ser horizontal para permitir el paso del aire caliente sin que éste se embolse en la parte superior de la ventana y entre al edificio. En cambio, las fachadas que dan al Este, Oeste y norte han de ser protegidas verticalmente ya que el sol en estas orientaciones tiene muy poca altura.
Los materiales más aconsejables
La piedra y los mármoles, ladrillos y tejas. Son densos, pesados, adaptados a la dualidad invierno-verano. Capaces de acumular el calor diurno del sol en invierno y el frescor de la noche en verano. El aligeramiento de nuestras viviendas respecto a los materiales no beneficia más que al proveedor de éstos. El discurso del aislamiento, de la prefabricación repetitiva, de esa falsa construcción ecológica que viene, omite una cláusula de letra muy pequeña pero pesada: consumirá menos, pero consumirá.
El primer elemento productor de pérdidas-ganancias de calor en una vivienda son los acristalamientos por fenómenos como la infiltración y la conducción. La infiltración dependerá de la geometría, la longitud de las rendijas, cuya calidad dependerá a su vez del fabricante y del coste de la misma. La conducción está directamente relacionada con el vidrio que pongamos, si cuenta o no con cámara (tipo climalit), y de si la carpintería tiene o no rotura del puente térmico. El Código Técnico de la Construcción aplicado a los proyectos desde 2006 controla mucho estos aspectos.
¿El aire acondicionado es evitable?
En una gran cantidad de hogares podría suprimirse la dependencia de sistemas basados en energías convencionales. El principal recurso es una buena ventilación, ya sea cruzada, simple o "efecto chimenea". La ventilación cruzada (mucho más efectiva que la simple) se produce al abrir una ventana y una puerta, o dos ventanas que no estén en la misma pared. Así, el aire entra por una apertura, cruza la habitación, o la vivienda, y sale por otra.
La ventilación simple es la que se produce al abrir una ventana o hueco por el que el aire entra y sale.
El "efecto chimenea" se basa en que el aire caliente, al tener menos densidad, tiende a subir, y mediante ventilación puede ser evacuado por aperturas en la parte superior de las habitaciones.
Es aconsejable, en verano o con altas temperaturas, abrir las ventanas durante la noche y las primeras horas del día, y cerrarlas durante el resto del día.
Falsos conceptos caseros para combatir el calor
La construcción rápida: "sólo con aislamiento estamos salvados", no es cierto, nuestra factura seguirá engordando. "Si no vemos el sol no nos afecta", falso, del sol nos protegemos fuera del espacio habitado. Y "el muro cortina de vidrio", la comida basura del siglo XX para nuestro clima. Derogado debería estar por Decreto. Buen provecho.
Alejarnos de la imagen de artefacto bioclimático lleno de lamas, placas solares y toda clase de ingenios adosados para controlar la temperatura. En la arquitectura de siempre, todos estos elementos aparecían de forma natural integrados en la construcción, como es el caso de las celosías de la Mezquita de Córdoba que matizan la luz y favorecen la ventilación del espacio interior con gran belleza y eficacia.
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